Chinatown es el más popular de los barrios de las diferentes comunidades extranjeras en Toronto. En realidad, no es la única zona del área metropolitana de Toronto -ni siquiera la más poblada de ellas-, pero sí que es especialmente llamativa por estar tan cerca del centro y tan consolidada.

Su punto de referencia es el cruce entre las calles Spadina y College. Es un punto de referencia gastronómico y comercial. Allí nos encontramos con fantásticos restaurantes asíáticos- especialmente chinos, pero no sólo- y con bazares de ropa, artículos para el hogar y recuerdos bastante económicos. Es un paseo bastante curioso.

Justo detrás de Chinatown, siguiendo unos centenares de metros por College Street, aparece Kensington Market que es la zona hippie y alternativa por excelencia de la ciudad. Son apenas cinco o seis manzanas, pero donde se aprecia claramente el cambio de ritmo de vida y ambiente con las zonas que le rodean.

Es un barrio tranquilo, alternativo, algo bohemio, con algunos detalles artísticos, cafés, pequeños restaurantes y tiendas de ropa de segunda mano. Ideal para relajarse en alguno de los cafés tomando un pedazo de tarta casera.

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Las Islas de Toronto son uno de mis lugares favoritos de Toronto. Se trata de un pequeño conjunto de islas situadas en el Lago Ontario, a poca distancia del Downtown, y comunicadas entre sí con varios puentes.

Son todo un oasis de tranquilidad frente a la agitación de la ciudad, ya que prácticamente todas ellas son un parque -con excepción de algunas zonas de ocio, algunas escasas casas y un pequeño aeropuerto regional en uno de sus extremos-. Ofrece la posibilidad de disfrutar de largos paseos por sus senderos, buenas posibilidades para una tarde de picnic o, incluso, tomar un baño en una de sus playas. Además, desde la zona de las mismas más cercana a la ciudad se tienen algunas de las mejores vistas del paisaje urbano de Toronto.

Para llegar a ellas hay tres rutas de ferry que parten desde el muelle del final de Yonge Street. Cada una de ellas lleva a una zona diferente de las islas, aunque la ruta que va a Centre Island es la más popular.

El billete de ida y vuelta cuesta (en el año 2012) 7 dólares y el servicio se presta con bastante frecuencia en los meses de verano y algo más aisladamente durante el resto del año. Muy recomendable.

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La céntrica Yonge Street ostentó durante mucho tiempo el récord de ser la calle más larga del mundo, con más de mil kilómetros de longitud. En realidad, el truco era contar como parte de ella su prolongación como carretera hacia otras zonas del norte de Ontario, lo que desvirtuaba un poco el registro.

Sin embargo, lo que es cierto es que Yonge es la calle más importante de Toronto. Atraviesa de sur a norte toda la ciudad y es el límite que divide el este del oeste en los nombres de sus calles perpendiculares. Como muchas calles que pasan por el Downtown, su recorrido se prolonga durante varios kilómetros de la periferia, pero su parte relevante se encuentra en el Downtown.

Precisamente, en el cruce de Yonge con Dundas Street se encuentra Dundas Square, uno de los puntos de encuentro de la ciudad. Se trata de una plaza amplia, rodeada de varios edificios comerciales, caracterizada por los grandes anuncios y pantallas de las fachadas y que sirve también como punto de entrada al enorme centro comercial Eaton Centre, principal referencia comercial de Toronto. Aparte de su valor como punto de encuentro y paso obligado de miles de personas cada día, en Dundas Square se celebran anualmente decenas de eventos, conciertos, proyecciones y festivales que hacen de ella uno de los puntos de paso obligado de la ciudad.

El centro comercial Eaton Centre, por su parte, es toda una institución en Toronto. Se trata de un moderno centro comercial en el que tienen cabida las principales cadenas de tiendas de moda y tecnología, así como algún gran almacén. Se caracteriza por su galería central de varios pisos con techo acristalado, repleta de gente durante los fines de semana. Un paraíso para los amantes de las compras. Quienes no lo sean, pueden disfrutar igual de su arquitectura moderna, de su ajetreo o, mejor aún, del amplio “food court” de su sótano, con muchos restaurantes diferentes.

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Un ejemplo de antiguas zonas industriales recuperadas para la ciudad. El Distillery District era a finales del siglo XIX el distrito de las antiguas destilerías y licorerías de la ciudad que cayeron en desuso durante el siglo XX dejando grandes edificios de ladrillo abandonados en una zona bastante desangelada un par de kilómetros al este del Downtown.

No obstante, la zona se renovó completamente hace unos años. Quedaron las estructuras de los edificios de las antiguas destilerías y las calles adoquinadas de la antigua zona industrial, pero en los edificios vacíos se han asentado hoy tiendas de diseño y algunos de los restaurantes más exclusivos y de moda de Toronto para convertirlo en una de las zonas más llamativas de la ciudad.

Un lugar agradable para un tranquilo paseo o tomar un café en alguno de sus modernos establecimientos.

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Uno de los edificios más tradicionales que se conservan en el centro de Toronto. Se trata de una gran nave de ladrillo que funciona como un mercado tradicional de comestibles en el que se venden toda clase de productos.

Quienes conocen el sur de Europa intentan compararlo con los mercados tradicionales de allí, como el de la Boquería de Barcelona, pero aunque el edificio es pintoresco y agradable, se le queda corto en ambiente y color. En los alrededores cuenta con algún otro edificio singular (como el de la esquina de las calles Front y Church, uno de los más fotografiados de Toronto) y sus proximidades acogen también un pequeño mercado de anticuarios los domingos por la mañana.

Aparte de como lugar de visita, es una opción interesante para comer en el Downtown. En su planta inferior cuenta con un “food court” en el que se puede comprar comida preparada de los diferentes puestos. Hay una gran variedad de opciones, la calidad es buena y es precio es relativamente asequible para tratarse de Toronto.

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